sábado, 13 de septiembre de 2014

Todo está conectado

Hola hola a todas las personas bellas que leen este blog:3 espero que estén super bien. Este es mi último fin de semana como una persona libre (empiezo clases el lunes) y me provocó comentarles sobre el único libro que pude leer durante las vacaciones: El Atlas de las Nubes de David Mitchell.

Empiezo comentándoles que vi la película cuando salió en el 2012. A mucha gente no le gustó porque es larga (dura dos horas y media) y es medio complicado seguirle la pista, pero a mí me conmovió y además como película me parece excelente. Total que hace como seis meses, me topé con el libro (en físico! Pueden creerlo?) pero hasta ahora no había tenido tiempo de leerlo. Puedo decir que me encantó. Tocó varias fibras sensibles por la gran variedad de temas que trata y que el autor entrelaza a la perfección, a mi parecer. Acabo de terminar de ver la película por primera vez después de leerlo y, aunque como toda adaptación tiene sus cambios con respecto al libro, puedo decir que estuvo bien, porque la película se complementa un poco con el libro. Ahora sí, les contaré de qué se trata:

En este libro, David Mitchell entrelaza seis historias a lo largo de seis generaciones y crea un gran atlas donde todo se conecta entre sí por pequeños detalles que, a simple vista, parecen ser insignificantes, como por ejemplo un lunar en forma de cometa. La primera parte es “El diario del pacífico de Adam Ewing”, un notario del siglo XIX que viaja a bordo de un barco y va conociendo una serie de personajes que poco a poco van modificando su manera de ver el mundo (específicamente la esclavitud y el progreso), la narración se corta a la mitad de una frase. 
De allí, pasamos al siglo XX con “Letras desde Zedelghem”, una serie de cartas redactadas por un compositor llamado Robert Frobisher dirigidas simplemente a “Sixmith”, donde le relata cómo se convierte en el amanuense (por si no saben, es una persona que recibe dictados. En este caso, R.F escribe partituras) de un famoso compositor, ya deteriorado por la edad, y cómo es su día a día en la casa mientras intenta terminar su primera obra: El Sexteto Atlas de las Nubes. Robert encuentra un diario viejo que pertenecía a un tal Adam Ewing. 
Las cartas se interrumpen y dan lugar a “Vidas a Medias: el primer misterio de Luisa Rey”, lo que parece ser una novela policíaca ambientada en los años setenta. Luisa Rey es una periodista que tiene la buena (o mala) suerte de toparse con un ganador del Premio Nobel de Física: Rufus Sixmith, quien la va a inmiscuir en un gran caso de corrupción política que podría acabar en un desastre nuclear. Luisa tiene la oportunidad de leer las cartas de Robert hacia Sixsmith e intenta escuchar el sexteto. 
El relato se interrumpe en el momento en que Luisa tiene un “accidente” de auto donde cae a un lago, para dar paso a “El tremendo Calvario de Timothy Cavendish”, que trata sobre un editor de 60 años que, luego de una serie de eventos, queda atrapado en un geriátrico en contra de su voluntad. Timothy quiere convertir su lucha por obtener de nuevo su libertad en una película. 
El relato se interrumpe en el momento en que el protagonista sufre un ACV y comienza “La antífona de Sonmi-451”. En este punto la historia comienza a incluir una serie de palabras que no conocemos pero que poco a poco se van haciendo entender, pues se ubica en el año 2144. En “Nea So Copros” (antigua Corea), una ciudad dominada por “La Juche” y “La Unanimidad”, quienes han establecido un modelo socioeconómico donde una especie de clones, fabricados en un laboratorio, genomizados para cumplir tareas específicas, hacen el trabajo rudo y luego son desechados como si fuesen robots, mientras que los “sangre pura” (suena a Harry Potter, eh?) se encargan solo de consumir. Sonmi llega a ver una película prohibida, cuyo protagonista es Timothy Cavendish. 
La historia una vez más se interrumpe y comienza “El Cruce de Sloosha y la pesca”, un relato en un lenguaje un poco rudimentario en el que muchas veces hay que intuir el significado de las palabras, pero que se sitúa en el Hawaii de un futuro post-apocaliptico donde la humanidad está apenas comenzando a organizarse de nuevo. En él, Zachry, un pastor de cabras de una población llamada “Los Vallesinos”, quienes veneran a la diosa “Sonmi”, se encuentra con Merónima, una mujer que llega en un “barco volador” y tiene varios artefactos que los Vallesinos no conocen. Merónima intenta salvar a su gente de la radiación producto del fin del mundo. 
De allí, los relatos van regresando de forma inversa: primero Sonmi, luego Timothy, Luisa Rey, Robert Frobisher y, finalmente, Adam Ewing.

El Atlas de las nubes trata sobre cómo el amor puede trascender la muerte. Sobre cómo nuestras acciones y elecciones determinan el futuro. Sobre cómo la vida de las personas están relacionadas entre sí. Sobre las consecuencias que puede tener la naturaleza humana. Trata sobre la libertad, sobre la lucha entre el bien y el mal, sobre las decisiones que tenemos que tomar en nuestras vidas, sobre las cosas por las que vale la pena luchar. De verdad, al libro le doy un 9.9/10 y esto solo porque el autor omitió las “declaraciones” de Sonmi (aunque están en la película, yayy!!).

Lo se, tiendo a emocionarme y hacer los posts super largos, pero luego de leer una obra como esta, de verdad necesitaba desahogarme. Me despido dejándoles las declaraciones de Sonmi y el sexteto Atlas de las Nubes.


“Existir es ser percibido. Conocerte a ti mismo sólo es posible a través de cómo te ven los demás. La naturaleza de nuestra vida inmortal se refleja en las consecuencias de nuestras palabras y acciones, las cuales prevalecen a través del tiempo. Nuestras vidas no nos pertenecen; del vientre a la tumba estamos ligados a otros, pasado y presente. Y, por cada crimen y cada acto de amabilidad, tejemos nuestro futuro.”


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